Su misión es dejar una “buena huella” en las personas, para motivarlas a emprender acciones que les eviten perder lo que aman a consecuencia de una emergencia.
Descubrió su vocación de servicio en la adolescencia, cuando se inscribió como voluntario de la Cruz Roja; posteriormente, al cumplir su mayoría de edad, ingresó al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica.
Su carrera en el Cuerpo de Bomberos ya supera los 35 años, se inició como bombero voluntario y más adelante logró ser investigador de incendios, jefe del Departamento de Ingeniería de Prevención y jefe del Departamento de Operaciones. Además, durante los últimos 15 años se ha desempeñado como director general.
Es ingeniero químico de profesión, máster en administración de proyectos y posee amplia formación y experiencia, nacional e internacional, en prevención y coordinación de emergencias, investigación de incendios, evaluación de riesgos, protección contra incendios y seguridad industrial, entre otros.
Oriundo de Santo Domingo de Heredia, es el segundo de seis hermanos. Siente una profunda admiración por su padre, quien considera fue un “funcionario público ejemplar”; y por su madre, a quien define como “la más carga”.
Está casado, tiene dos hijos y es un apasionado por los deportes de aventura como el montañismo, el paracaidismo, el kayakismo y el buceo.
Su experiencia en el ámbito de las emergencias lo ha hecho testigo de muchas tragedias y dolor; sin embargo, puede dar fe de cómo pequeñas y grandes acciones de prevención han salvado a miles de ciudadanos de perder lo que aman.
Él, día a día, es testimonio de cómo la prevención salva vidas, bienes y nuestro medio ambiente. Por ello, cree firmemente en que debemos dejar huella para que las futuras generaciones construyan una sociedad más segura, sostenible y feliz.